Fotografía e Historias de Viaje Amateur

11 de mayo de 2012


Calle 80, Bogotá Colombia


Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.
Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.

Todos mis viajes comienzan y terminan en este lugar: mi apartamento en Bogotá. Por eso este post esta dedicado a esta gran y compleja ciudad. No me malinterpreten, Bogotá es increíble, tiene esa cualidad laberíntica que hace que al recorrerla siempre se encuentren nuevos y sorprendentes rincones de ciudad, tiene un clima fascinante increíble porque o bien uno se moja y se congela o se cocina con un buen sol de verano, frecuentemente recorrer esta ciudad es un viaje en si mismo. Sin embargo no es de la ciudad como tal de la que quiero huir desesperadamente tras apenas algunos días de regresar de un viaje, es la rutina que se lleva en la ciudad la que me parece sofocante.
Barrio La Candelaria, Bogotá, Colombia


En la ciudad existe el tiempo. En algún post profundizare en esto del tiempo, pero la idea es sencilla: Acá siempre uno esta tarde para algo, siempre tiene que estarse encontrando a tal hora con alguien, siempre se tiene que hacer, pagar, escribir, entregar o leer algo dentro de un cronograma meticulosamente configurado e inquebrantable. La vida en la ciudad tiene reglas que no tiene el escape de un viaje. En esto la metáfora de Andrés López no termina de fascinarme: El tiempo es tan escaso que estamos todo el día comprándole minutos a los vendedores ambulantes “vecino tiene minutos?”. Una de las mejores razones para viajar siempre será escapar del tiempo. En un viaje el único tiempo que importa es el de regreso… y eso…

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